Catalina Villabona
La XXI Anual de Estudiantes convoca a toda la comunidad académica de Bogotá y Cundinamarca dedicada al estudio de la Arquitectura. Su objetivo es visibilizar las nuevas ideas y tendencias en proyectos de arquitectura y urbanismo. A su última versión se presentaron 12 universidades, participaron 51 tesis o proyectos de grado y fueron premiadas 9. Es motivo de orgullo para la comunidad ArqDis que tres egresados del Pregrado en Arquitectura obtuvieron reconocimientos en esta XXI convocatoria. La medalla de oro (primer puesto) fue otorgada a Ana María Achury con su proyecto Refugio EMBERA; la medalla de plata (segundo puesto) la obtuvo Brayan Ignacio Parada con su propuesta In.visible manifiesto arquitectónico y, finalmente, el proyecto Arquitectura para la mediancia, Parque Ecológico Entre Nubes de Samuel Velásquez recibió una mención honorifica.
Para esta versión los proyectos presentados fueron valorados minuciosamente por medio de una matriz de evaluación propuesta por la SCA y desarrollada por el Colegio de Jurados. Los rubros evaluados fueron seis: empatía estética, espacial o funcional; pertinencia disciplinar; proyección social; innovación proyectual; rigor científico y pensamiento en diseño. Además los proyectos fueron agrupados en seis categorías: intervención en centros patrimoniales; vivienda rural; regeneración natural y rehabilitación; vivienda popular; pasaje comercial y edificios mixtos; vivienda temporal / indígena y vivienda multifamiliar. A partir de este cruce de variables diez jurados, profesores de las universidades participantes, seleccionaron los nueve proyectos finalistas.
A continuación les invitamos a conocer en detalle los proyectos de grado de Ana María, Brayan y Samuel:
Refugio EMBERA
Refugio EMBERA desarrollado por Ana María Achury Cardona y dirigido por los profesores Juan Manuel Medina (proyecto) y Carolina Concha (análisis) ganó la medalla de oro (primer lugar). Como lo anotaron los jurados, este proyecto se destaca “por su avanzada resolución integral de la hipótesis proyectual”. En palabras de Ana María la motivación que guió el desarrollo de su proyecto fue entenderlo “como una oportunidad para contribuir a visibilizar la situación que viven los pueblos indígenas y comunidades migrantes en Bogotá”. Lo anterior se suma a una búsqueda personal de la autora por “entender el proyectar como un acto político y social” y a la arquitectura “como eso que hace posible articular voces y aspiraciones colectivas de comunidades en riesgo, así como materializar proyectos de vida comunitaria”.
Bajo estos preceptos Refugio EMBERA apostó por algo muy sencillo e importante: empatizar con la lucha de una comunidad que defiende sus derechos y tiene unas necesidades muy concretas frente a su habitar temporal en la ciudad. De este modo, el entendimiento de estas necesidades se tradujo en un proyecto de arquitectura estructurado a partir de una serie de estrategias que permitieron tejer las voces de la comunidad con operaciones y elementos específicos de la arquitectura.
En palabras de Ana María “con este proyecto busco promover acciones que se traducen en soluciones y motivar a otras personas a concebir arquitecturas con sentido social, conectadas con las distintas realidades que existen en el país.”
La arquitectura es eso que hace posible articular voces y aspiraciones colectivas de comunidades en riesgo, así como materializar proyectos de vida comunitaria
In.visible: Manifiesto arquitectónico
In.visible manifiesto arquitectónico realizado por Brayan Ignacio Parada Mila y dirigido por los profesores Gloria Serna (proyecto) y Carolina Concha (análisis) obtuvo la medalla de plata (segundo lugar). Para los jurados este ejercicio se destaca “por su óptimo resultado e innovación del proyecto arquitectónico”. Este proyecto, como lo anota Brayan, surge de una pregunta a la que constantemente nos enfrentamos como arquitectos: ¿Qué es la arquitectura? E intenta, por medio de un manifiesto, “revelar, cuestionar y generar una cadena de cuestionamientos frente a los espacios que han sido olvidados de forma intencionada dentro de las ciudades: ¿esto es arquitectura? ¿será necesario estudiarla y documentarla? ¿tendremos como arquitectos que visibilizarla y actuar frente a estos edilicios existentes?”
De este modo, el proyecto no toma una posición, ni ve con prejuicio los espacios y zonas del deseo olvidadas en la localidad de Los Mártires de la ciudad de Bogotá, Colombia. Como lo anota Brayan, se trata de “un documento que analiza cuantitativa y cualitativamente, por medio de fuentes secundarias y primarias, una realidad que ha sido invisibilizada no solo por los arquitectos, sino por muchos ciudadanos”.
A partir de este análisis, Brayan realiza un ejercicio proyectual en el que bajo el concepto de laberinto, hibrida verticalmente diferentes usuarios y actividades que a primera vista pueden parecer opuestos. Lo anterior bajo la estrategia de “concentrar en la ciudad, en un hábitat fragmentado y dentro de una unidad, diferentes actividades sociales que entrelazan distintos usuarios que al contar sus historias configuran una arquitectura narrativa”.
El proyecto no toma una posición, ni ve con prejuicio los espacios y zonas del deseo olvidadas en la localidad de Los Mártires. Se trata de un documento que analiza cuantitativa y cualitativamente, por medio de fuentes secundarias y primarias, una realidad que ha sido invisibilizada
Arquitectura para la mediancia
Arquitectura para la mediancia, Parque Ecológico Entre Nubes desarrollado por Samuel Velásquez González y dirigido por los profesores Lorenzo Castro (proyecto) e Ivan Felipe Lizcano (análisis) recibió una mención de honor. En palabras de Samuel, el eje estructurador de su proyecto fue el concepto de mediancia puesto que este “implica que nuestro ser está constituido por dos mitades indisociables, una, nuestro cuerpo, otra, nuestro medio, el exterior”. Esto lo llevó a entender que “el mundo es una serie de capas, de acciones y reacciones en el que cada cosa hace parte de un todo conectado que tiene efecto sobre todas las partes”.
Bajo este entendimiento sistémico, Samuel plantea un proyecto para el Parque Ecológico Entre Nubes, lugar que “se ha construido a espaldas de las quebradas y bosques y en dónde se han creado imaginarios equivocados que dan como resultado la momificación de la naturaleza y su explotación”.
La propuesta busca construir una visión renovada del territorio que integre a las comunidades y cuyo principio rector sea “conocer para cuidar”. Con este fin, Samuel propone una serie de unidades de paisaje con caminos que las conectan y que crean experiencias intensas que priorizan la relación ser humano-medio. Su objetivo no es otro que como sociedad “tomemos consciencia de nuestros árboles, nuestra fauna, nuestras quebradas y nuestros cerros por medio de una arquitectura para la mediancia”.
La propuesta busca construir una visión renovada del territorio que integre a las comunidades y cuyo principio rector sea conocer para cuidar
Cada año, la SCA produce una publicación en la que se expone en detalle el concurso y reúne todos los proyectos seleccionados. Les invitamos a consultarla para conocer más de los proyectos ganadores.