¿Por qué es importante pensar el diseño más allá de lo estético o funcional? ¿Qué implica considerar el diseño como una herramienta política? ¿Cómo puede el diseño participar en procesos de transformación social? ¿Cuál es la responsabilidad ética del diseñador/a frente a su contexto?
Este curso explora la intersección entre diseño y activismo como una plataforma crítica desde la cual repensar el papel del diseño en la sociedad contemporánea. Más allá de su función tradicional como herramienta para resolver problemas o generar productos, el diseño es abordado aquí como una práctica situada, relacional y ética, capaz de intervenir en estructuras sociales, culturales y políticas que perpetúan la desigualdad.
A través de preguntas fundamentales sobre qué es el diseño y cómo las y los diseñadores pueden actuar como agentes de cambio, se analizan las formas en que el activismo ha influido históricamente diversas áreas del diseño, incluyendo el diseño gráfico, de productos, la arquitectura, la publicidad y el urbanismo. El activismo implica una toma de posición frente al mundo, un compromiso con el cambio, y la voluntad de intervenir activamente en las condiciones que afectan a individuos o comunidades. Por lo cual, se plantea que el activismo no se limita a la protesta o la denuncia, sino que implica imaginación, proposición y construcción de futuros posibles.
Desde esta perspectiva, se propone una metodología crítica que integra pensamiento político, herramientas aplicables y desarrollo de criterio con el objetivo de formar diseñadores capaces de actuar con responsabilidad, creatividad y compromiso en contextos complejos. El curso promueve el desarrollo de habilidades colaborativas y la construcción de proyectos que vinculen diseño, ética, transformación y justicia social.