Construcción participativa de un manifiesto ambiental en San Vicente del Caguán

Proyecto Rocío

Santiago de Francisco Vela, Miguel Navarro, Lorena Rodríguez Pinto
¿Qué es el proyecto rocío?

El Proyecto Rocío busca contribuir a la conservación de la biodiversidad y la reducción de la deforestación desde lo local. Con este fin desarrollamos estrategias que permiten establecer esquemas de incentivos que promuevan la conservación, los procesos de producción sostenible y el fortalecimiento de capacidades de las organizaciones de base locales. Esto permitirá mejorar la toma de decisiones frente al manejo de la biodiversidad, los recursos naturales, el ordenamiento territorial y los modelos de desarrollo sostenible.

Rocío ha sido desarrollado bajo el enfoque de diseño participativo y de la investigación en diseño y hemos trabajado de la mano con habitantes de 6 veredas aledañas a la Inspección de Guacamayas, San Vicente del Caguán, Caquetá. Esta mirada nos ha permitido que los participantes de las sesiones aporten desde el tema que trabajan, compartan sus conocimientos y ayuden a la construcción e implementación de las soluciones que se proponen.

Para trabajar con la comunidad, se planteó un proceso de embudo para aprender y acotar con los participantes las diferentes etapas del proyecto.  Lo primero que hicimos fue hacer unas cartografías y diagramas que nos permitieron aprender acerca de sus prácticas productivas, el manejo de sus recursos naturales, su percepción frente al territorio y el uso del agua y las estructuras sociales de las veredas.

Fotografía: Santiago de Francisco
¿Qué aprendizajes nos deja el proyecto?

El Piedemonte Amazónico cuenta con unas características muy específicas relacionadas a las actividades productivas como la ganadería, pero también, prácticas relacionadas con su legado colono. La particularidad del contexto nos permitió obtener aprendizajes que fueron claves para el desarrollo de cada una de las etapas del proyecto.

Fotografía: Catalina Ramírez

Para cada salida de campo que hicimos, fue muy importante sincronizar los tiempos de ellos con los del proyecto. Factores como las distancias que tienen que recorrer para llegar a un punto específico, la precariedad de los medios de comunicación, los días que destinan al trabajo o al descanso, fueron primordiales para hacer la planeación de cada actividad. Otro elemento importante fue la creación de la red de aliados del proyecto, para esto fue indispensable hacer contacto con personas que tuvieran características de liderazgo y que tuvieran acceso a las personas para poder convocarlas. Llegar a este nivel de logística requiere paciencia y perseverancia, mientras las personas de la comunidad apropian los objetivos del proyecto; ser muy insistentes y coherentes con el tipo de discurso que se usa, es necesario para poder hacer trabajo participativo con cualquier comunidad.

Una vez resuelto el tema logístico, planear las sesiones prácticas requieren de un entendimiento de los objetivos que se busquen. Estas sesiones deben planearse con suficiente flexibilidad y antelación para que asistan las personas convocadas. Estos eventos son difíciles de controlar, por eso la preparación debe permitir improvisación sobre la marcha. Mantener un balance entre qué tan atractivas son las actividades para los campesinos y qué tanto valor (a nivel de conocimiento) ellos perciben que están recibiendo, es clave. Al principio, las actividades van a parecer como una extracción de información y eso va a hacer que los participantes se sientan incómodos. Sin embargo, y a medida que se van haciendo nuevas actividades, es posible incluir más material que construya sobre el conocimiento que tienen los participantes. Para esto es clave que dentro de las actividades se promuevan espacios de compartir experiencias propias, hacer que sientan que estos espacios están pensados para reflexionar sobre lo que ellos saben, que se sienta mucho más cercano y fácil de entender, pensando en que ellos son los voceros y de ellos depende que la gente se adhiera al proyecto.

El proceso de entender la realidad del contexto a profundidad va en ambas vías: una es para los investigadores, los cuales se enfrentan a un contexto desconocido; y la otra para los participantes, que hace evidente y reconocible situaciones que son importantes y que a veces pasan desapercibidos. Ese entendimiento va a permitir que tanto investigadores como participantes desarrollen un lenguaje común para poder abstraer y representar el territorio por medio de distintas herramientas y dinámicas. Nosotros implementamos actividades basadas en modelos tangibles y juegos para hacer esas representaciones, las cuales nos permitieron establecer una conexión más fuerte con la comunidad a la hora de participar en las actividades, ya que se sienten identificados con las situaciones; reconocen parte de los dilemas o conflictos que van emergiendo y ven reflejado el conocimiento que ellos tienen y el que se va construyendo a través de la investigación.

Ese entendimiento va a permitir que tanto investigadores como participantes desarrollen un lenguaje común para poder abstraer y representar el territorio por medio de distintas herramientas y dinámicas.
Construyendo una visión ambiental

Como ejemplo de estas actividades donde hemos involucrado a la comunidad, queremos hablar de la construcción del “Manifiesto Ambiental”. Este fue el resultado de una dinámica inspirada en las Desgn Charrettes (Smith, N. D., 2012) y la dinámica del World Coffee. Durante la sesión, los participantes rotaban por cuatro mesas, e iban consignando sus propias reflexiones en cuanto a las acciones de protección y cuidado del territorio y del medio ambiente que ellos hacen.

La sesión se construyó a partir de 3 temáticas: el suelo, el agua y la tierra. Los participantes debían aproximarse a las discusiones y pensar, “si ellos fueran el suelo, qué le dirían o pedirían a la comunidad”. De esta manera, cada reflexión le daba una voz a cada recurso y a las acciones que son importantes para su cuidado. Todas las reflexiones las documentamos en un video que representa las enseñanzas y la visión que tienen los habitantes sobre su territorio.

Para finalizar

El trabajo con comunidades siempre va a representar un reto para los equipos de investigación. Cada proyecto presenta un nivel de incertidumbre que dificulta el desarrollo del mismo. Los procesos participativos ayudan a mediar estas incertidumbres y permiten que los investigadores y participantes compartan conocimientos y experiencias para generar lenguajes comunes y relaciones duraderas dentro del proyecto. Esto va a permitir que las construcciones que se hagan durante el proyecto, incluyan a todos los actores, inclusive los que no participan de las sesiones. En estos proyectos, las comunidades se vuelven los aliados para que la implementación se pueda llevar a cabo.

Créditos:
Universidad de los Andes:
Lorena Rodríguez. Asistente de investigación – Estudiante de Maestría en Diseño.
Karen Osorio. Asistente de Investigación – Diseñadora e Ingeniera de Sistemas.
María Belén Castellanos. Monitora de investigación – Estudiante de Diseño.
María Camila Curiel. Monitora de investigación – Estudiante de Diseño.
Carlos Pardo. Monitor de investigación- Estudiante de Biología.
Natalia Cárdenas. Monitora de Investigación – Estudiante de Diseño y Antropología.
Catalina Ramírez. Asistente de investigación – Egresada de Diseño.

Investigadores Externos:
Juliana Monsalve. Coordinadora del programa Conservación y Gobernanza, Patrimonio Natural.
Angélica Barrero. Experta técnica, Patrimonio Natural.

*El Proyecto Rocío ha sido posible gracias al apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), bajo el Programa Conservación y Gobernanza en el Piedemonte Amazónico el cual es impulsado por el Fondo Patrimonio Natural en alianza con el Departamento de Diseño de la Universidad de los Andes.

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