Este viaje de estudio, patrocinado por la Marina Puerto Velero, se desarrolló del 15 al 23 de febrero de 2019 en el territorio de Puerto Velero, Tubará – Atlántico. Contó con la asistencia de 25 personas; estudiantes de la Maestría en Arquitectura y la Maestría en Diseño, y estudiantes y profesores de Arquitectura de la Universidad de la Costa (CUC). Esta intereseante mezcla de perfiles propició el desarrollo de propuestas en las que convergían puntos de vista que provenían del diseño y la arquitectura. El interés era analizar la relación entre los objetos y el espacio a partir del ejercicio de buscar, recolectar y construir.
La Marina Puerto Velero, es un club náutico resort, en el que converge la riqueza del paisaje del oceano atlántico, proyectos inmobiliarios, servicios turísticos,visitantes temporales y comunidades residentes en el territorio. Es un escenario particular que enlaza condiciones naturales, costeras y demográficas y propician una relación significativa entre la tierra y el mar. Por otro lado, debido a la ubicación geográfica del puerto, sus costas reciben grandes cantidades de residuos solidos provenientes, en su mayoría, del corazón del país.
Desechos de madera, plástico y vidrio son arrastrados por el Río Magdalena hasta allí, donde se encuentran en creciente acumulación. Todos estos son recursos con potencial para convertirse en materia prima en nuevos procesos de diseño y producción. En este escenario de contrastes el taller propuso un método alternativo de diseño, orientado a propiciar procesos sostenibles en términos sociales y ambientales y a potenicializar recursos materiales y conocimientos locales presentes en el territorio.
Este método parte de dos conceptos complementarios: la Cartografía de Cosecha, la cual, plantea como primer paso en el proceso de diseño la deriva por el territorio en torno al lugar donde se va a hacer el proyecto para buscar recursos como materiales (residuales); y las Inteligencias Colectivas, definidas como soluciones tecnológicas apropiadas, que hacen parte de los conocimientos de la comunidad, que no requieren la intervención de diseñadores y son recursivas y pertinentes para la solución de problemas específicos del contexto.
A partir de esta metodología, los estudiantes buscaron, recolectaron y construyeron objetos, muebles, lugares colectivos y diseñaron paisajes, inspirados por el territorio y con los recursos encontrados en él.
Los proyectos propuestos por los estudiantes aportaron ideas de prototipos para el reuso de los materiales existentes. Conceptos de diseño que surgen del territorio y de las mismas personas, con el objetivo de forjar apropiación y fortalecer vínculos con el territorio, el cual, no solo les provee bienes y servicios, sino que requiere y reclama un desarrollo sostenible, cuyos ejes sean la conservación y preservación.