Catalina Villabona Triana
Ana María Achury, egresada del programa de arquitectura, gana el prestigioso Concurso Nacional Otto de Greiff con su proyecto de grado Refugio Embera localizado en el barrio los Mártires en Bogotá, Colombia. El proyecto fue dirigido por los profesores Juan Manuel Medina (proyecto) y Carolina Concha (análisis).
El Concurso Nacional Otto de Greiff fue creado por la Universidad Nacional de Colombia, en un esfuerzo conjunto con la Universidad de Antioquia, la Universidad de los Andes, la Universidad Pontificia Bolivariana, la Universidad EAFIT, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Norte, la Universidad del Rosario, la Universidad Industrial de Santander y la Universidad del Valle, con el fin de promover la investigación y las comunidades académicas. El concurso plantea seis áreas con el objetivo de resaltar y estimular aquellos trabajos de grado que por su originalidad, rigor metodológico y pertinencia merecen el reconocimiento de la comunidad universitaria.
En esta ocasión, se presentaron un total de 88 propuestas. El proyecto de Ana María representó a la Universidad de los Andes en el área Creatividad y Expresión en Artes y Letras de la que resultó ganador.
Ana María desarrolló el proyecto Refugio Embera en el 2020 y nació como un interés personal por hacer visible la indiferencia con la que habían sido recibidos los pueblos Embera Katío y Chamí en Bogotá. En su momento más de 500 personas pertenecientes a estos pueblos, víctimas de desplazamiento forzado, habitaban paga-diarios en el barrio Santa Fe en condiciones marginales. Así mismo, otras 300 personas, de las cuales 171 eran niños, habían sido desalojadas de paga-diarios durante la pandemia.
Es urgente la necesidad de concebir arquitecturas con un enfoque social, que sean capaces de responder y transformar las distintas realidades que se presentan en una ciudad como Bogotá.
De este modo, el proyecto buscaba responder la pregunta: ¿Qué puede ofrecer la localidad de los Mártires a los pueblos indígenas y comunidades en situación de desplazamiento mientras permanecen en ella? Así, el interés de Ana María es “explorar cómo desde el campo de la arquitectura es posible contribuir a visibilizar las voces de pueblos indígenas que reclaman reparaciones efectivas en Bogotá, poner en valor su proyecto de vida comunitaria e imaginar una ciudad más equitativa”.
Achury formula un proyecto que “desde la arquitectura, plantea encontrar formas de proteger la dignidad, estructuras sociales y autonomía de esta comunidad, al ofrecerle un refugio temporal adaptado a sus prácticas culturales, mientras se hace efectivo el retorno a sus territorios”. Para lograr este objetivo Ana María planteó una metodología de investigación compuesta de dos partes. En la primera realizó un análisis de las voces de la comunidad y de actores clave, para así conocer sus necesidades particulares. En la segunda, desarrolló un estudio de referentes arquitectónicos y teóricos para extraer lecciones aplicables al proyecto. Estos fueron: el Tambo de la cultura Embera Katío, el Café del bosque de Castro Arquitectos y el concepto de adecuación cultural para la interculturalidad en el proyecto de arquitectura.
De esta manera, Achury identificó seis ejes de trabajo con los que era posible impulsar un impacto positivo. Para esta fase utilizó el pensamiento sistémico como herramienta para entender la realidad de la comunidad como un sistema complejo y así, identificar una serie de puntos clave que podían ser intervenidos para impulsar el cambio. Los seis ejes son: 1. vivienda comunitaria y temporal, 2. subsistencia independiente —responde a la necesidad de la comunidad de tener estabilidad e independencia económica—, 3. fortalecimiento cultural y comunitario, 4. salud y sanación autónoma —es una respuesta a entender la necesidad de la comunidad de tener las condiciones para ejercer su medicina tradicional con autonomía y también de ser incluidos en el sistema de salud de la ciudad—, 5. infancia, aprendizaje y recreación —responde a la necesidad de tener espacios de recreación y aprendizaje para los niños y para estudiantes— y 6. presencia institucional oportuna —consecuencia de identificar la necesidad de la comunidad de obtener atenciones como víctimas de manera oportuna, para temas administrativos como el retorno a sus territorios—.
El proyecto arquitectónico planteado por Ana María busca dar una respuesta a la pregunta de investigación y a los seis ejes de trabajo a través de dos líneas estratégicas: 1. implantación de un proyecto arquitectónico en un contexto urbano existente y 2. desarrollo de un programa de arquitectura capaz de atender las necesidades de la comunidad. Para cada una de estas Achury planteó una serie de acciones que pueden conocer en detalle en la memoria del proyecto.
Finalmente, Ana María concluye que “es posible afirmar que este proyecto explora una de las maneras posibles para proteger la dignidad y las estructuras sociales de las comunidades indígenas en situación de desplazamiento que habitan Bogotá y demuestra que desde la arquitectura y la ciudad es posible ofrecer condiciones de vida mucho más equitativas”.
Para conocer en profundidad el proyecto, invitamos a leer el artículo que Ana María sometió durante el proceso de juzgamiento del concurso.