En su primera versión, el curso abordó la idea de nuevas estructuras familiares multiespecie, como una observación de la cultura contemporánea y la posibilidad que tiene la arquitectura de mediar entre diversas formas de vida. Para la segunda versión, el curso exploró la relación que puede haber entre narrativas, entre seres sintientes, humanos y no humanos, llevadas a espacios públicos a través de pabellones e instalaciones que persigan una agenda crítica. Este nueva versión abrazará la idea de los fermentos, la relación tan cotidiana y artesanal que existe con ciertas bacterias en los procesos de transformación, a través de dispositivos críticos y un pabellón construido de manera colectiva durante el curso.
Su objetivo principal es explorar arquitecturas de escala intermedia que favorecen una relación menos antropocéntrica y más abierta a la creación de acuerdos entre especies. El hilo conector del taller es el reconocimiento de la diversidad, entendida como un marco de relación extendida, no sólo ecológica, sino técnica, social y cultural, como una forma de reconciliación social, entendimiento del territorio y una posibilidad para actualizar preceptos prácticos en proyectos que actúen de manera más simétrica a la realidad colombiana.