Laura Daniela Murillo
Cada verano, se realiza el ITP Camp en la ciudad de Nueva York. Este abre las puertas a creadores, artistas, músicos, programadores, fabricantes y creativos de todo tipo, para ser parte de un curso intensivo y un espacio de juego que busca revolucionar diferentes campos de acción, así como fomentar la colaboración entre personas de diversas disciplinas.
Este año Carolina Upegui y Mateo Zambrano, estudiantes de la Maestría en Diseño de la Universidad de los Andes (MDIS), obtuvieron una beca para ser parte del ITP Camp. Como parte de esta experiencia, lideraron una actividad en el campamento para socializar ideas, demostrar habilidades y compartir con personas de distintas disciplinas que comparten interés por el diseño y la tecnología.
Carolina Upegui

Egresada de Arquitectura y Matemáticas – Universidad de los Andes
Estudiante de la Maestría en Diseño – Universidad de los Andes
ARQDIS: ¿Cuáles fueron tus motivaciones para participar en el ITP Camp?
C.U: Siempre he tenido una inquietud profunda por conectar las matemáticas con el diseño. Con los años, esa búsqueda ha tomado una forma más concreta: la programación. Descubrí que la programación no solo articula estos dos mundos, sino que los expande. Se convierte en una herramienta creativa con la que es posible explorar ideas visuales, interactivas y conceptuales de formas totalmente nuevas.
Cuando descubrí la convocatoria para la beca del ITP Camp supe que era el lugar donde eso sucedía, un espacio donde la programación se pone al servicio del diseño, el arte, la tecnología y la experimentación. ITP te abre la puerta a una comunidad increíblemente generosa, interdisciplinar y curiosa, donde las ideas se construyen entre todos.

ARQDIS: ¿Qué actividad lideraste durante el ITP Camp? ¿En qué consistió?
C.U: Lideré un taller sobre la creación de collages digitales aleatorios. Nació de una obsesión que me ha acompañado por un buen tiempo: hoy estamos rodeados de imágenes digitales que nunca hemos tocado, que no existen fuera de una pantalla. Entonces, ¿cuál es nuestra relación con esas imágenes? ¿Cómo se están creando hoy en día, especialmente con la llegada de la inteligencia artificial? ¿Podemos imaginar otras formas de generar imágenes digitales, más abiertas, más impredecibles?

Ahí entra la aleatoriedad, que en programación se convierte en una herramienta fascinante para la creación visual. A partir de esta idea desarrollé una interfaz que permite a los usuarios crear collages aleatorios con imágenes que ellos mismos cargan.
Durante la charla compartí el proceso detrás del desarrollo de esta herramienta: cómo se concibió, los retos técnicos al escribir el programa, y cómo fue dar forma a una experiencia que fuera simple, pero poética a la vez. Al final, los participantes pudieron experimentar directamente con la interfaz, jugar con sus propias imágenes, y tuvimos un espacio muy enriquecedor para preguntas y conversación.
ARQDIS: ¿Qué fue lo más valioso de esta experiencia para ti?
C.U: Estar cinco semanas en un espacio donde, todos los días de 2 a 8, el foco era imaginar nuevas formas de usar la programación como herramienta creativa fue profundamente inspirador. Cada día compartíamos con personas de distintas disciplinas, pero todas con la misma inquietud: expandir lo que entendemos por diseño y tecnología.
Y claro, vivir Nueva York fue parte esencial de la experiencia. Es una ciudad que vibra diseño por todos lados. Pudimos visitar museos, exposiciones, encuentros. Hay algo muy poderoso en caminar por una ciudad donde la cultura visual, la diversidad y la velocidad del pensamiento están en constante movimiento. Fue un recordatorio de que el diseño también se vive.



Mateo Zambrano
Egresado de Ingeniería Electrónica con Opción en Diseño – Universidad de los Andes
Estudiante de la Maestría en Diseño – Universidad de los Andes
ARQDIS: ¿Cuáles fueron tus motivaciones para participar en el ITP Camp?
M.Z: Mi motivación principal para participar en el ITP Camp fue la posibilidad de explorar la convergencia entre tecnología, arte y diseño desde una mirada crítica y creativa, especialmente en computación creativa y diseño especulativo. Esta experiencia me permitió conectar con personas de diversas culturas, cosmovisiones e ideas; establecer vínculos globales con pares fue sumamente enriquecedor y amplió mi horizonte intelectual y creativo.
ARQDIS: ¿Qué actividad lideraste durante el ITP Camp? ¿En qué consistió?
M.Z: Lideré el workshop “Interfaces especulativas: Hacking the Familiar”, un laboratorio especulativo que invitó a los participantes a intervenir creativamente las interfaces físicas y digitales del computador. A través de la exploración y desarrollo de microprototipos, utilizamos tecnologías accesibles como MediaPipe y PyAutoGUI para redibujar la relación entre cuerpo, máquina y entorno digital. Este proceso permitió reconfigurar elementos cotidianos como el teclado, la cámara y el navegador, desafiando las estructuras convencionales de interacción digital. El workshop fomentó una reflexión profunda sobre la performatividad tecnológica, la agencia del usuario y la posibilidad de imaginar futuros tecnológicos más abiertos y sensibles.
El workshop se fundamenta en el proyecto Portales, que reimagina las pantallas como puentes hacia espacios inaccesibles o desaparecidos, activados a través del cuerpo del usuario como interfaz. Esta experiencia va más allá de lo técnico, incorporando una dimensión poética y política, invitando a los participantes a desobedecer y reprogramar tecnologías cotidianas para imaginar futuros tecnológicos más abiertos, sensibles y personales. El laboratorio propone transformar la tecnología de un límite impuesto a una herramienta de creación, especulación y expresión crítica.
ARQDIS: ¿Qué fue lo más valioso de esta experiencia para ti?
M.Z: Lo más valioso ha sido la posibilidad de compartir, conocer y trabajar con pares en áreas como el diseño de interacciones, la cultura maker y el diseño especulativo desde una mirada sensible, crítica y propositiva. Estar inmerso en la vibrante propuesta cultural de Nueva York, con sus museos, galerías y dinámica ágil y viva, enriqueció profundamente mi perspectiva y práctica. Este entorno facilitó no solo aportar desde mis propias ideas, cultura y enfoque, sino también detonar nuevas posibilidades y reflexiones en mis compañeros. Además, pude inspirarme y generar ideas a partir de los proyectos y workshops liderados por otros participantes, creando un intercambio creativo y colaborativo muy fructífero.