#orgulloarqdis
Catalina Villabona Triana
ArqDis: ¿Quién es Alejandro Saldarriaga?
Alejandro Saldarriaga: Soy un Arquitecto egresado de los Andes del año 2018. He tenido la oportunidad de formarme profesionalmente en Bogotá, Boston, Copenhague y Zúrich. Actualmente me encuentro culminando mis estudios de maestría en la Universidad de Harvard. Este año tuve la oportunidad de participar en proyectos de reactivación económica en Bogotá que jalonaron la creación de la firma Colab-19, junto a Germán Bahamón.
Arqdis: ¿Qué es Colab-19 y cómo surge?
A.S: Nosotros definimos a Colab-19 como un laboratorio de arquitectura dedicado a diseñar espacios para situaciones de post-pandemia a través de soluciones temporales, sostenibles e innovadoras.
Colab-19 nace cuando la Sociedad Colombiana de Arquitectos creó el concurso Reto Covid. En este, las propuestas presentadas por Germán y por mí fueron premiadas, lo que hizo que la Sociedad y Julián Restrepo (Taller Arquitectos) nos invitaran hacer parte del equipo de diseño de una intervención en la Plaza de la Perseverancia, bajo la iniciativa de Bogotá a Cielos Abiertos. Después de esta experiencia y del éxito de la propuesta, vimos una oportunidad para crear un emprendimiento con un diferencial que nos ayudaría a desmarcarnos de otras firmas de arquitectura y a generar una propuesta de valor a nivel nacional e internacional.
Arqdis: ¿Cómo fue el proceso de fundar Colab-19 con un socio que no conocías físicamente?
A.S: Sí es un poco extraño tener una relación tan cercana con alguien que nunca he conocido físicamente. Pero lo cierto es que desde hace unos 10 meses nos reunimos a diario, y por esto ya se siente como una relación cercana. La virtualidad nos ha ayudado a crear este emprendimiento ya que tenemos la posibilidad de reducir costos de operación al mínimo (solo necesitamos dos computadores y una buena conexión a internet). Adicionalmente, la pandemia nos ha hecho caer en cuenta que no es fundamental la presencialidad para ofrecer servicios de diseño.
Arqdis: ¿Cómo concibes una arquitectura post-pandemia?
A.S: Esta es una buena pregunta, y la respuesta es algo que irá cambiando con el tiempo. Originalmente con el diseño de espacios para situaciones de post-pandemia estábamos planteando soluciones directas a necesidades creadas por la emergencia sanitaria y económica del COVID-19. Esto nos llevó a repensar la manera tradicional de proyectar arquitectura y a proponer un tipo de “arquitectura táctica” en la que priorizamos la sostenibilidad, accesibilidad económica, facilidad de gestión y ante todo, el componente efímero de la arquitectura.
Después de un tiempo nos dimos cuenta que este tipo de arquitecturas no es una respuesta acertada exclusivamente para la pandemia del 2020, puesto que son aproximaciones que se necesitan para cualquier situación de emergencia socio-económica.
Después de un tiempo nos dimos cuenta que este tipo de arquitecturas no es una respuesta acertada exclusivamente para la pandemia del 2020, puesto que son aproximaciones que se necesitan para cualquier situación de emergencia socio-económica. De este modo, nosotros concebimos y definimos una arquitectura post-pandemia como una intervención temporal (o flexible) que responde a una situación de emergencia, sea una pandemia, una catástrofe ambiental, o una crisis social, a través de soluciones económicas y sostenibles.
Arqdis: Ustedes apuestan por partir de lo existente en algunos de sus proyectos, ¿qué los lleva a tomar esa postura?
A.S: Creemos que las preexistencias de un lugar deben ser el punto de partida en nuestros proyectos por el simple hecho de que son temporales. Por esta razón, el lugar debe ser analizado, respetado y debe quedar intacto al momento que se levante la intervención.
Bajo esta lógica también buscamos que el contexto se potencialice con nuestras propuestas. En el diseño de la intervención en la Plaza de la Concordia, por ejemplo, planteamos un “edificio” en tipología de U para generar un teatro que tenía como telón y escenario la fachada de entrada de la plaza (patrimonio cultural).
Arqdis: ¿En los proyectos que el colectivo ha desarrollado se puede identificar un interés particular por los sistemas estructurales industriales, ¿qué los atrae de estos sistemas?
A.S: Dos cualidades nos atraen de estos sistemas: su temporalidad y su cotidianidad. La pandemia del 2020 conlleva un problema espacial, se necesita menos densidad en las ciudades para mitigar el virus. ¿Cómo podemos generar espacios nuevos en un país que puede disponer de limitados recursos económicos para la creación de infraestructura? Esa pregunta nos llevo a cuestionar la manera en que tradicionalmente proyectamos arquitectura, a observar e identificar qué de nuestro día a día puede convertirse en arquitectura. Al utilizar elementos y/o materiales que hacen parte de nuestra cotidianidad es posible plantear respuesta a una emergencia de una manera rápida y accesible en términos económicos.
Además, y tal vez lo más importante de todo, si se utiliza un sistema industrial cotidiano se genera un ciclo de sostenibilidad cerrado, debido a la temporalidad de la propuesta.
Además, y tal vez lo más importante de todo, si se utiliza un sistema industrial cotidiano se genera un ciclo de sostenibilidad cerrado, debido a la temporalidad de la propuesta. En otras palabras, si utilizamos andamios para una intervención temporal, en el momento de su desmontaje no se genera ningún desperdicio ya que los andamios siguen su ciclo de vida por muchos años más.
Esta es la razón por la cual los hemos utilizado en la mayoría de los proyectos. En nuestra última intervención utilizamos el sistema más tradicional de encofrado horizontal (parales, cerchas y formaletas).
Arqdis: ¿Cómo ha sido el proceso de gestionar proyectos con alianzas público-privadas?
A.S: Este proceso de gestión bajo alianzas público-privadas es un esquema que la Sociedad Colombiana de Arquitectos ha desarrollado desde hace unos años, según lo que tengo entendido. Esencialmente el proceso inicia con el desarrollo de un diseño esquemático. La Sociedad analiza los aliados estratégicos con los que cuenta (empresas privadas como Layher y Technoglass) y selecciona la empresa que puede donar la materia prima para llevar a cabo la propuesta, a cambio le ofrece una oportunidad publicitaria. Es decir, el proyecto se materializa a partir de donaciones. En el ejercicio de la perseverancia, por ejemplo, la compañía Layher Andina donó el material de la intervención y gracias a la pauta publicitaria consiguieron un contrato con la Alcaldía para desarrollar la segunda intervención en la Plaza de la Concordia.
Arqdis: ¿Cómo entra la academia en esta gestión de proyectos?
A.S: Actualmente la academia no ha entrado en el proceso de gestión de las propuestas. Sin embargo, Germán y yo, hemos sido apoyados por nuestras respectivas instituciones educativas en materia de difusión en medios, lo cual, a su vez, nos ha ayudado a llegar a nuevos proyectos. Igualmente, la filosofía de la oficina nació de una reflexión teórica que iremos complementado con el tiempo.
Arqdis: Para terminar ¿Qué le dirías a una persona que está interesada en estudiar arquitectura en la Universidad de los Andes?
A.S: Le diría que es la mejor decisión que pueden tomar, si aprovecha las oportunidades que ofrece la institución, se graduará con las herramientas para abordar cualquier contexto profesional a nivel global. Al trabajar en un ambiente laboral donde todos mis colegas provenían de países desarrollados, me di cuenta de la calidad de la formación académica que recibí en los Andes. Durante mi formación y carrera profesional he estado expuesto en diferentes contextos y aún así me considero ante todo Uniandino.
Arqdis: Recomiéndanos un libro, una película y una cuenta de Instagram.
A.S: Libro: “Barbazul” por Kurt Vonnegut
Película: “Coffee and Cigarettes”
Cuenta de Instagram: @omniamundamundi