Los saturninos no cicatrizan
Alejandro Aquitte Lima
Director : Neftalí Vanegas
Es una instalación de trípticos ilustrados que se adentran en las diferentes caras que toma la melancolía masculina de los jóvenes del siglo XXI. Esta instalación se concentra en mostrar la cara más frágil, íntima y vulnerable del hombre, con el propósito de romper la generización que han tenido las emociones tristes y hacer que el género masculino tenga una reconciliación con ellas.
La melancolía en esta instalación se reinterpreta desde una forma más visceral y más intensa, tratándose de un dolor tan fuerte que se alarga a través del tiempo y pareciera nunca tener fin. De cierta manera, es como una herida que nunca para de sangrar ni de doler. Es eterna para cada persona que la siente.
Asimismo, en la instalación se exponen tres tipos de hombres que viven de diferentes maneras su melancolía: el masoquista, el anhedonio y el agobiado. Estos surgen de conclusiones hechas a partir de entrevistas realizadas a personas que se identifican con el género masculino y cómo ellos se relacionan con sus emociones tristes. De esta manera nace un deseo de entender sus diferentes perspectivas, permitirles llorar, hablar y dejar de obligarles a tener que verse “fuertes” en el mundo, dando como resultado un proceso de reconciliación con la melancolía a través de la vulnerabilidad y el dolor.