Verónica Santamaría y Lina Celis: entre los finalistas del premio Dorothy Waxman

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Laura Daniela Murillo

Este año se celebró la octava edición del premio internacional de diseño textil Dorothy Waxman. Este busca promover la educación y creatividad textil, para imaginar nuevos panoramas en el diseño. El premio se otorga a estudiantes o recién egresados de programas relacionados con textiles o moda, que demuestren un pensamiento sostenible e innovador.

En esta edición, dos egresadas de nuestra Facultad resultaron finalistas: Verónica Santamaría y Lina Celis. Ambas nos contaron sobre su experiencia de participación para el premio Dorothy Waxman:

VERÓNICA SANTAMARÍA

ARQDIS: ¿De qué se trata el proyecto con el cual te presentaste al premio Dorothy Waxman?

V.S: Secretos de Encierro, somos Mujer Palabra es un proyecto que surge del encuentro a distancia con una mujer, llamada Adeinis Boscán, perteneciente a la etnia Wayuu. Tomando como punto de partida el ritual del Encierro, un momento de transformación que viven las niñas dentro de la comunidad indígena asentada en La Guajira, Colombia, el proyecto se cuestiona sobre la construcción de narrativas femeninas en el espacio doméstico. A través de una serie de diálogos que sucedieron a distancia durante un confinamiento obligatorio, las autoras se preguntaron sobre los significados de su encuentro: dos mujeres de distintas culturas y territorios que encontraban puntos en común en sus antepasadas, en el tejido, en la palabra y en su cotidianidad encerradas. Es un proyecto que busca entonces crear narrativas, reivindicando la autoría femenina, una biblioteca de relatos textiles y sonoros que revelan las voces de las mujeres del Encierro. Se trata de una serie de cuatro piezas textiles sonoras elaboradas junto a una comunidad artesana wayuu, que narran el encuentro femenino mientras reivindican el poder de las escrituras, orales, escritas y textiles. Es una serie de relatos materiales que guardan un diálogo, que cuidan nuestro encuentro, el de Adeinis y yo, textiles que rinden un homenaje a las mujeres de nuestras familias, a nuestras madres y abuelas, piezas que hacen memoria de nuestro ENCIERRO.

Me enorgullece que en Nueva York, al lado de proyectos de todo el mundo, se esté hablando de La Guajira, Colombia, de Adeinis y de su ranchería cerca a Maicao, que se escuche su voz, se vea el resultado de un diálogo profundo, genuino y emocional.

ARQDIS: ¿Qué es lo que te hace sentir más orgullosa de este proyecto? 

V.S: Me enorgullece que en Nueva York, al lado de proyectos de todo el mundo, se esté hablando de La Guajira, Colombia, de Adeinis y de su ranchería cerca a Maicao, que se escuche su voz, se vea el resultado de un diálogo profundo, genuino y emocional. Me enorgullece que instituciones y plataformas internacionales encuentren valor en la historia que Adeinis y yo decidimos contar, me impulsa a creer en mi capacidad creativa, material y narrativa, en la capacidad de conectar a través del diseño. Recibir el amor que amigos, familia y maestros depositan en mi trabajo me ha hecho profundamente feliz, me siento agradecida de haber construido una red de personas que cree en el poder de los textiles, que ven las fibras, las madejas y las agujas un espacio colectivo importante y valioso.

ARQDIS: ¿Qué aprendizajes te has llevado tras participar en el premio Dorothy Waxman?

V.S: Participar en el concurso fue un privilegio, conocer proyectos de distintas partes del mundo: escuchar a creativos que tienen intereses similares a los míos fue una oportunidad mágica. Aprendí sobre la importancia de los procesos, de documentar no solo el resultado sino las reflexiones que suceden en el camino. Aprendí sobre lo mucho que hoy en día, después de una pandemia y acostumbrados a la virtualidad, nos hace falta tocar: sentir fibras, rozar materiales, comprender sus composiciones; encontrarnos presencialmente, sigue haciendo falta.  Aprendí a dar un discurso de 5 minutos en inglés (jaja) me di cuenta de lo rápido que el tiempo pasa cuando se piensa en otro idioma. Reafirmé que la admiración es un sentimiento muy bonito, estar al lado de creativos llenos de talento y un jurado impresionante, es un lujo.

ARQDIS: ¿Qué te llevas de tu experiencia en el programa de Diseño para lo que viene en tu futuro?

V.S: Me llevo a mis maestras y maestros siempre cerca, en cada paso, en cada decisión, atesoro a diario el privilegio de estudiar en una facultad en la que los mentores se vuelven guías, compañeros y amigos. Me llevo a la Verónica que no le teme a ser sensible, a la que ve en su práctica, sus emociones, su pasado y su presente, un océano de posibilidades creativas, un mar de hilos, marañas y nudos inciertos que es emocionante seguir explorando. Me llevo conmigo, o por lo menos eso intento, los por qués, las preguntas y la curiosidad, la motivación inicial, intento no olvidar ¿Por qué hago lo que hago?

ARQDIS: ¿Qué consejo le darías a un estudiante que inicia su formación en Diseño en la Universidad de los Andes?  

V.S: Gócense el proceso y aprovechen la libertad creativa que la universidad permite, creen desde lo emocional, desde lo íntimo, desde lo que realmente los conmueve. Sientan, lloren, rían, toquen y tengan una relación personal con su oficio, que diseñar sea parte de ustedes. No tengan miedo a equivocarse y enredarse, una puntada siempre se puede desbaratar, se puede volver a empezar.

LINA CELIS

ARQDIS: ¿De qué se trata el proyecto con el cual te presentaste al premio Dorothy Waxman?

L.C:Sense of Home” es un refugio textil que explora las conexiones sensoriales domésticas que generamos con un espacio, el cual podemos sentir como hogar sin importar donde nos encontremos físicamente. Navegando entre algunas preguntas sobre ¿qué significa pertenecer a un lugar? o ¿cómo se puede llamar un lugar “hogar” ? ¿cómo se puede describir o sentir? Me encuentro con que muchos de nosotros hemos tenido la opción de elegir a dónde pertenecer y habitar, pero para otros, esto no es una opción.

Teniendo en cuenta el proceso de constante migración que estamos viviendo, me propongo explorar una opción de conexión, más allá de protección, a través de un refugio que se dispone como una segunda piel personal, un lugar abierto a los sentimientos de pertenencia y transformación en constante construcción. Este habitáculo transforma los conceptos preconcebidos de la arquitectura estática y propone un entendimiento holístico y sensorial del habitar humano, el cual está en constante cambio y desarrollo , el cual puede brindar bienestar a través de la conexión espiritual. A través de diferentes técnicas artesanales como la cestería, el fieltro, el bordado, el crochet y el uso de biomateriales, el fique recuperado de los bultos de café y los residuos de café son utilizados como medios para hablar sobre una identidad colombiana asociada, que combinados con los tintes naturales, crean un microcosmos de introspección.

Me llevo el constante cuestionamiento sobre el papel de la arquitectura como medio, más no como resultado final, la cual puede generar procesos del habitar como parte de una entidad entera donde las relaciones con el espacio y sus actores son las que lo  transforman y hacen de sí su continuidad en el tiempo.

ARQDIS: ¿Qué es lo que te hace sentir más orgullosa de este proyecto? 

L.C: La capacidad de contar una historia y transmitir sentimientos  a través del hacer manual, donde los procesos creativos y artesanales van más allá de lo preconcebido, logrando explorar formas del habitar conscientes que pueden establecer una relación con el territorio, la identidad y el cuerpo que se habita.

ARQDIS: ¿Qué aprendizajes te has llevado tras participar en el premio Dorothy Waxman?

L.C: Haber sido seleccionada con este proyecto entre más de 300 participantes a nivel internacional, al igual que los otros 19 finalistas, me deja claro que las prácticas textiles, desde una perspectiva multidisciplinar pueden hacer parte de una agenda social de cambio consciente, donde el hacer manual como medio de conexión con el habitar es una forma donde lo sensible siempre está como punto de partida. Por otra parte, al igual que Verónica (diseñadora finalista), quedé sorprendida por encontrar un interés común en las prácticas artesanales colombianas, como potencial enorme ante diversas problemáticas, en las que las historias personales se entrelazan con la identidad de un país que poco a poco se va tomando estancias transnacionales.

ARQDIS: ¿Qué te llevas de tu experiencia en el programa de Arquitectura para lo que viene en tu futuro?

L.C: Me llevo el constante cuestionamiento sobre el papel de la arquitectura como medio, más no como resultado final, la cual puede generar procesos del habitar como parte de una entidad entera donde las relaciones con el espacio y sus actores son las que lo  transforman y hacen de sí su continuidad en el tiempo.

ARQDIS: ¿Qué consejo le darías a un estudiante que inicia su formación en Arquitectura y/o Diseño en la Universidad de los Andes?  

L.C: Cuestionarse constantemente sobre lo que se quiere generar allá afuera, indagar sobre los vínculos personales que tenemos y lo que nos mueve a estudiar arquitectura. Creo igualmente importante el vincular e incorporar otras disciplinas y saberes dentro de la practica individual y pensarla como un impacto a lo comunal que va afectar a una población específica. Por consiguiente, es vital empezar a pensar como colectivo más que como diseñadores y arquitectxs en unisolo, puesto que el cambio que requiere el habitar es en comunidad, entrelazada con múltiples actores circundantes.

Créditos imágenes

Secretos de Encierro

Fotografía: NataliaGW

Modelaje: Pilar Villamizar

Sense of Home

Fotografía: Robert Tenenbaum

Modelaje: Elisa Lutteral

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