Guillermo Fischer deja un legado muy valioso para la arquitectura nacional. Sus viviendas unifamiliares y multifamiliares, proyectos institucionales como el Edificio de aulas de ciencias de la Universidad Nacional y su trabajo a lo largo de los años en arquitectura comercial, son excelentes ejemplos de una forma de abordar la arquitectura que pone en valor la experiencia del espacio y la luz.
Guillermo fue profesor de cátedra de taller de arquitectura en la Universidad de los Andes por cerca de diez años en la última década de 1990. Fue profesor y amigo de muchos profesores de la Facultad de Arquitectura y diseño, además de compañero de trabajo. También fue profesor en diferentes universidades de Bogotá como la Universidad Nacional, Universidad Javeriana, Universidad Jorge Tadeo Lozano, donde siempre demostró un gran cariño por la docencia.
Gracias a su pasión por la arquitectura, por la materialidad y por los detalles arquitectónicos, así como su visión del material desde lo táctil y lo sensorial, podemos aprender a valorar cómo nos hacen sentir los espacios. Su posición radical de entender la arquitectura desde la experiencia espacial del interior, resaltará a través de todas sus obras el valor de la poética que tiene la arquitectura.
Su posición radical de entender la arquitectura desde la experiencia espacial del interior, resaltará a través de todas sus obras el valor de la poética que tiene la arquitectura.
Los proyectos de Guillermo Fischer siempre llevarán a resaltar todos los sentidos pues reflejan tranquilidad y confort. Sus obras son el vívido ejemplo de entender las necesidades de las personas que habitan el espacio; y por esta razón cuentan con distinciones en la Bienal Colombiana de Arquitectura, Premio Lápiz de acero y Bienal Internacional de Arquitectura de Quito.
El impacto experiencial de la arquitectura de Guillermo Fischer deja sin duda un legado muy importante en la arquitectura colombiana.