Actualmente, numerosos profesionales en el mundo trabajan en un marco acotado por tres palabras: infancia, arquitectura y educación. Estas configuran un mapa complejo y actual, con diversidad de estudios y actuaciones, cuyo denominador común es la exploración en las artes espaciales y su vinculación con el desarrollo de la persona desde los primeros días de vida. Los proyectos que hacemos con la infancia —y no solo para la infancia— nos transforman como individuos y como sociedad.
Dearq dedica este número a la infancia y la juventud, poniendo sobre la mesa de estudio algunos temas, perspectivas y casos que nos ayudan a reflexionar.