Walimai

Walimai es una marca de moda y ornamento cuya narrativa parte de la interpretación de la travesía narrada en el libro “La Ciudad de las Bestias” de la escritora Isabel Allende, una historia en la que el Amazonas se convierte en un entorno dispuesto a cambiar la vida de aquellos que deciden adentrarse en territorios desconocidos.

La colección desarrollada para la marca fue denominada Expedición del alma  y se compone de seis piezas que representan cada una de las etapas que atraviesa el alma del viajero en su transformación. La concepción del diseño de cada pieza es una representación de las sensaciones que experimenta este viajero en cada etapa. Walimai significa viento en dialecto yanomami, significa libertad del ser y del alma, viento que conduce por diversos caminos, brisa que reconforta, huracán que llega y le da vuelvo a la vida. Así comienza la travesía de todo viajero que se adentra en un territorio desconocido: Nahab: Diferente; extranjero, persona que no pertenece, un ser atado a una realidad material, carga en sus hombros el peso de su existencia porque es incapaz de soltar;  Kiri-heo: tener miedo, estar asustado; Heo: No quedarse atrás, no dudar,hacer cosas poco habituales o extrañas, de entregarse a actos insólitos, contradicción existente donde la osadía habita en medio del temor. Rou: Observar entre los párpados casi cerrados, necesitarás aclarar tu mirada; entre cerrar y abrir los ojos, para poder percibir la ligera presencia del ser que fluye en medio de los árboles.  Warere: entrar o salir en una masa compacta compuesta de muchos elementos, penetrar en grupo, dejarse llevar por la ligereza del viento, sin tenerle miedo a aquello que es desconocido para el alma. Hiwatu.: aclararse (el cielo), volverse más brillante, más luminoso; ponerse a brillar, de repente, el camino se ilumina y en medio de la incertidumbre surge la esperanza; destellos de luz que irradian tranquilidad al ser. Puhi- Moyawe: despertar al mundo, despertar a la conciencia, comenzar a saber comportarse. Estar consciente del mundo externo, comprender lo que ocurre en torno a uno,  entorno donde lo exuberante se funde con la armonía.

La literaria se convierte además en el insumo principal para desarrollar el universo estético en el que gravita la marca y la colección. Las fibras naturales y el tejido, protagonistas en este universo, fueron el punto de partida para llevar a cabo un proceso de investigación y posteriormente co-creación con artesanos tejedores de macramé en Duitama, Boyacá. Nelly Flechas, Esilda Villeros, Jorge Enrique Arevalo y Natalia Cardozo, fueron piezas fundamentales a la hora de darle forma a la piezas finales, modificando la técnica a nuestro favor para conseguir tejidos poco convencionales con acabados de alta calidad. Adicionalmente, a lo largo del proceso descubrimos en la técnica significados y símbolos muy poderosos como el nudo (unidad esencial para la construcción del tejido) y alma (hilo que se comporta como base del tejido) que complementaron el concepto.

Finalmente, la materia prima. La fibra elegida fue la palma de cumare propia de la Amazonía, por su naturaleza y el acabado al que permitía llegar. Se llevó a cabo una exploración de color en la cual se desarrollaron paletas de color para cada pieza de acuerdo a su concepto. Durante la experimentación con el color, descubrimos que la fibra se resistía a los pigmentos y por ende, absorbía el color de forma dispareja o manchada, lo cual se usó a favor de la propuesta estética y se convirtió en un atributo distintivo de la colección.

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