Este es un proyecto que busca la revitalización y reactivación urbana del parque metropolitano Tercer Milenio en Bogotá, un lugar caracterizado por la inseguridad y la falta de actividad en un entorno con una densidad alta dentro de la ciudad, el proyecto se desarrolla a partir de la generación de células de actividad que se unen entre sí generando un tejido morfológico que se adapta a la topografía del parque a la vez que se conecta con el área comercial de San Victorino y el área residencial del barrio San Bernardino en el centro histórico.
Por esta razón, el proyecto opta en convertirse en un punto de encuentro, conexión y extensión; una serie de pasajes que funcionan como un puente entre cuatro partes fragmentadas de la ciudad, generando relaciones diversas en actividad y flujos entre estas distintas partes para potenciar la interacción de las personas con el lugar social, natural y cultural.
La metodología de diseño utilizada parte del análisis y desarrollo de un concepto abstracto aplicable en la arquitectura, el cual se puede nutrir desde diversas disciplinas para poder llegar a una resolución más exacta y diversa en el proyecto. En este caso, se parte del estudio del concepto de porosidad y teselación, teniendo en cuenta las diversas relaciones formales, biológicas y matemáticas que se producen a partir de diversos sistemas de naturaleza teselar, tal como lo es el diagrama matemático de voronoi. Este análisis nos permitió llegar a resultados no solo aplicables en la estética formal y espacial del proyecto, sino también en la forma de abordar y analizar el sitio de implantación, debido que, a partir de una malla teselar en relación a los puntos de actividad del sector y los flujos peatonales que existen, logramos determinar la forma del proyecto respondiendo a llenar aquellos vacíos de actividad que limitan el flujo de peatones dentro del parque Tercer Milenio y los alrededores de San Victorino.
En este orden, el objetivo del proyecto es potenciar las mismas dinámicas sociales dadas por la actividad propia de San Victorino, ya que es una dinámica diversa, caracterizada por la apropiación del espacio público y de la calle en donde convergen diversas actividades y formas de habitar el espacio. Este nivel de actividad, aunque es dinámico y constante, actualmente no logra permear por todo el sector, ya que se encuentra contenido por algunas barreras espaciales que impiden su desarrollo y limitan su potencial en la ciudad. Por esta razón el proyecto busca permitir la conexión, no solo física, sino de actividad y dinámica social con el parque tercer milenio y todos los barrios aledaños, a la vez que se crea una serie de nodos que potencian la apropiación por parte de la ciudad, difuminando los límites entre lo que es público y privado, entre lo abierto y cerrado, entre lo informal y formal.
De esta manera, el proyecto también se adapta a la topografía con el fin de ser completamente permeable y orgánico en la forma en la que se implanta dentro el parque, siendo sensible al contexto natural y social que lo componen, ya que lo más importante es crear una experiencia basada en el peatón, teniendo en cuenta la misma escala de los espacios, para que todo pueda ser fácilmente transitable tanto en cubierta como a nivel de la calle.
El resultado final es un proyecto que funciona como una extensión del parque hacia la ciudad y de la ciudad hacia el parque, teniendo en cuenta la condición de centralidad y actividad dada en el sector de San Victorino, y planteando el proyecto como una extensión de esta actividad dentro del parque como estrategia de activación urbana, creando nodos de actividad y permanencia, construyendo de esta forma, apropiación a partir de la ocupación del parque por parte de la ciudadanía y todos los habitantes del sector.