Los diseñadores deben comprender las narrativas de la imagen en movimiento para idear ambientes creíbles y verosímiles que las hagan poéticas y memorables. Las ficciones cinematográficas se hacen únicas por sus guiones, sus interpretaciones actorales pero, también, por sus espacios. A través del uso expresivo de formas, texturas, colores y objetos, el diseño se hace Dirección de Arte en su sentido más amplio: desde el estudio cinematográfico más sofisticado hasta las locaciones reales en exteriores, todo se convierte en un territorio sobre el cual interviene el Director de Arte, para plasmar el espacio/tiempo de la imagen en movimiento. La dirección de arte interpreta palabras escritas para idear escenarios, transformar o construir locaciones, caracterizar personajes, hasta convertirlas en mundos visuales expresivos que contienen historias potentes y poéticas.
